Uno siempre tiende a pensar que el año que pasó fue una mierda. Bah, especialmente cuando uno es una vieja y no tiene nada mejor que decir que "ojalá el año que viene sea mejor que este...", con un dejo de amargura. Bueno, para mi este año no fue una mierda. Ni mucho menos. Yo justamente, siempre arranco pensando lo contrario de la vieja. Pienso que qué bueno que fue este año. Y cuando me pongo a pensar, uff; me doy cuenta de que tal vez no fue tan bueno. 2006 fue, una vez pensado y repensado, el mejor desde hace mucho mucho tiempo, probablemente.
Este blog lo empecé hace relativamente poco. (Antes tenía otro, que duró también un par de meses y borré por un error estúpido. No estaba tan bueno tampoco -vamos, que este no es una joyita). El lector atento de las nimiedades que se van sumando día tras día en este blog, se dará cuenta de porqué este fue un gran año para mí. Dudo en ponerme a enumerar. Por lo pronto, puedo decir que en lo emocional/personal fue el mejor. Lejos. Salud: -10. En los últimos seis meses tuve dos visitas al médico o guardia de urgencias por mes, mínimo. Laboralmente fue mediocre. Económicamente bueno, pero me falta encontrar "eso" que me gusta. Y suelo darle tal vez más importancia de la que se merece.
Pero me quedo con el factor de "en-lo-personal". Y ahí no me puedo quejar. Con altibajos y todo, puedo decir que termino el año feliz. Ahora vendría toda una perorata hueca sobre lo que pienso sobre la felicidad, pero se las ahorro por su propio bien. Por lo pronto, nada más quiero decir que agradezco estar así de bien; que sí, que podría estar mejor. Y bueno, allá vamos.