Terminó la primera jornada de rodaje de la peli en la que empecé a trabajar hace más de un mes. Hoy salí a las 6.30 de casa, y llegué a las 21, completamente agotado. Pero satisfecho. Después de varios días de enésimos replantamientos vocacionales y de puteadas silenciosas a medio mundo relacionado con el mundo del cine, la publicidad, la TV y cualquier cosa que se le parezca, eso es mucho decir.

Mañana arranco a las 6. La filmación es en la Villa 31. Pronostican 32 grados, pero algo me hace sospechar que van a ser más.

Y bue, calavera no chilla.

Hoy almorcé en un restaurant enfrente de Radio 10. Al lado mío estaba sentado Jorge Lafauci. Hoy, a mis recién cumplidos 26 años, casi pido mi primer autógrafo.

(Decí que no estaba Luis Pedro Toni, porque me le tiro encima y le robo un piquito.)

Todos los teléfonos de la productora en la que trabajo están intervenidos con Radio Vale.

Joya.

Todavía no entiendo cómo hay gente que no posee en su cocina un adminículo tan útil como relativamente económico como es el Magiclick. No-loen-tien-do: ¿es el placer masoquista de quemarse los dedos con el encendedor?; ¿es que no se cansan de que la caja de fósforos nunca aparezca, o que, si aparece, esté completamente húmeda?

Señor, señora: comprese un Magiclick, y sea feliz.