Bueno, iba a postear la continuación hoy a la noche, pero no pude con mi genio... (lean
el post anterior si todavía no lo hicieron)
Tres días después, faltando ocho días para que me vaya, voy a la casa, con la estupida excusa de ver un DVD de Julieta Venegas que se compró. No es necesario aclarar que no lo vimos, por lo menos en ese momento. Hacía un año que no tenía sexo.
Nos vimos dos veces más antes de que me fuera. Una
salimos a comer, la otra no. Él se mostraba super querible. Yo, el último día, me di cuenta de que estaba hasta la manija. Quedamos en hablar a la vuelta sobre la posibilidad de continuar con "esto".
Me voy de viaje. Me llevo la compu; no me la iba a llevar, pero cambio de idea. Le mando un mail, tres o cuatro días después de llegar.
Nada.
Diez días después, lo encuentro en el MSN. Hola, que tal, como te está yendo, disfrutalo. Bla bla bla. Lo ví un día más conectado; no hablamos. Yo me conectaba varias veces después de las 12 de allá, hora que él siempre se conectaba. Nunca más se conectó. Volví a escribirle.
Nada.
Bloquearme del MSN, no me bloqueó. Conozco la manera de chequearlo. Pienso que le pudo pasar algo, quedarse sin Internet. Pero me parece raro.
El día antes de volver a Buenos Aires, yo todavía pensando en él, me acuerdo de su perfil del gaydar. Lo miro, y veo que la última vez que se conectó fue... el día anterior. Empecé a perder las esperanzas.
Vuelvo el lunes. Durante el día no pienso en nada más que en dormir. A la noche le mando un mensaje. No hay rspuesta. Mientras chateo con
Thiago, me doy cuenta (una vez más) de que se confirma mi teoría de que soy bastante pelotudo.
Ayer me despierto a las 6.30 (pido perdón por el abuso del presente histórico; no puedo ponerme a pensar en los tiempos verbales). Los horarios siguen cambiados. A las 8.30, mientras desayuno, suena el celular. Es un mensaje de él: "me dormí temprano anoche, ¿cómo llegaste?". Ya no sé que creer. Le escribo una pelotudez y me contesta con un lacónico (o simpático, o amoroso) "jajaja".
Pienso en no dejar pasar el tiempo y llamarlo esa misma noche, cosa que hago. Contestador. Obvio. Doy todo por perdido. Me siento triste.
No puedo dormirme hasta las 3 de la mañana. Escribo la historia completa (hasta el párrafo anterior). Decido separarlo en dos, como para que no sea eterno. La primera parte se me borra, así que me armo de paciencia y la escribo de nuevo. Hoy a las 9 arriba otra vez, con los ojos húmedos. No debo haber tenido un buen sueño. Trato de pensar en la idea de olvidarme de él, pero me cuesta.
Tipo 11, hace apenas un rato, salgo a pasear a Mía, y siento una vibración en el bolsillo derecho de mi pantalón, donde tengo mi celular. Es él. (continuará, supongo...)