viernes, junio 29, 2007

Nightswimming





Nightswimming deserves a quiet night.
The photograph on the dashboard, taken years ago,
turned around backwards so the windshield shows.
Every streetlight reveals the picture in reverse.

Still, it's so much clearer.
I forgot my shirt at the water's edge.
The moon is low tonight.

Nightswimming deserves a quiet night.
I'm not sure all these people understand.
It's not like years ago,
The fear of getting caught, of recklessness and water.
They cannot see me naked.
These things, they go away, replaced by everyday.

Nightswimming. Remembering that night.
September's coming soon. I'm pining for the moon.
And what if there were two side by side in orbit
around the fairest sun?
That bright, tight forever drum could not describe nightswimming.

You, I thought I knew you. You, I cannot judge.
You, I thought you knew me.
This one laughing quietly underneath my breath.
Nightswimming.

The photograph reflects,
every streetlight a reminder.
Nightswimming deserves a quiet night,
deserves a quiet night.

sábado, junio 23, 2007


Nicole Newman se moriría por uno así. ¡¡Si hasta es negrito!!

domingo, junio 17, 2007

Random facts de mi niñez

(sólo porque estoy un poco nostálgico...)

-Mi primer recuerdo debe ser de cuando tenía 4 años. Estoy caminando de la mano de mi viejo, junto a mi hermana melliza y mi hermano mayor, en una especie de autodromo donde corrían muchas motos. Obviamente no tengo la menor idea de adonde nos había llevado mi viejo. Sí puedo asegurar que me recontra cagué de embole.

-Un tarde, caminando con la familia por la avenida Rivadavia (recuerdo que ese día mi hermana se compó un jean en Sweet; sí, ya sé, Rivadavia y Sweet en una misma oración es un horror), pasó un hombre con bigote que me gustó. Tenía 10 años y fue la primera vez que pensé que había algo que no estaba funcionando bien en mí. Hoy por hoy no puedo creer que me haya parecido lindo un señor bigotudo.

-No se vaya a creer que las salidas familiares eran todas por la calle más larga del mundo. No no. Antes de la aparición del Unicenter, las salidas de compras se hacían casi exclusivamente en la Calle Cabildo, desde Monroe hasta Pampa (siempre empezando en ese sentido). Amaba el local de Promusica y la librería "El Buen Libro" (no así su nombre!)

-Mi mejor amigo de la primaria se llamaba Esteban. Me hice amigo de él en quinto grado, porque a los dos nos gustaban las Tortugas Ninjas y el family game. Yo lo envidiaba porque tenía computadora, de esas con letras ámbar y fondo negro, con la cual jugabamos a una versión rudimentarísima del Prince of Persia. A veces me hacía jugar a los penales, totalmente contra mi voluntad, obvio.

-En sexto también me estaba haciendo amigo de Sergio. Sergio era uno de los populares, pero de un perfil un poco más bajo. Yo era el traga bueno. El día que Telefé televisó el recital de Guns'n Roses en River fuimos con Nicolás (otro de los populares, hoy se dice que vende merca en boliches) a la casa de Sergio. En el medio del recital se me empezó a irritar un ojo, hasta que no lo pude mantener abierto y me tuvieron que venir a buscar mis padres. No contento con ese papelón, a la semana siguiente Sergio me invita a su casa después del colegio. Yo vivía enfrente, y él a cinco cuadras. Fuimos directametne a su casa, y cuando llamé para avisar que estaba ahí, mi abuela me avisó que mi otra abuela había fallecido. Shockeado, sólo dije que no me dejaban quedarme y me fui. Sergio y su madre (que tenía un peinado ochentosísimo para ser 1993) no entendían nada. Después de eso, y de no dar nunca ninguna explicación de mi rauda partida, nunca más fui a la casa de Sergio.

-Además de mirar mucha televisión, leía mucho. Mis libros favoritos eran los de la coleccion El Barco de Vapor, que venían (vienen todavía) por colores, según la edad a los que están dirigidos. Los naranjas solían ser mis favoritos: los rojos eran para mayores de 12 años y no los entendía. Salvo uno: Charcos en el Camino, de Alan Parker (sí, el director). Está ambientado en Londres, durante la segunda guerra mundial: unos hermanos tienen que evacuarse a lo de unos tíos en un pueblo de las afueras de Londres. Lo leí tres veces, seguramente entendí la mitad de las cosas, pero me acuerdo que en su momento me encantó. Me acuerdo que casi me muero cuando mi hermana menor, que había empezado a caminar hacía poco, me tiró el libro en el inodoro. Estaba en el medio de la tercer lectura, pero a pesar del asco, lo puse a secar y lo terminé de leer.

martes, junio 12, 2007

"El maní es sumamente adictivo. El maní es grasa. Los maníes son grasa. Además, tengo un primo que los llama 'manices'. Más grasa aún."


(n. del b.: las negritas pertenecen a la autora)

lunes, junio 04, 2007

Desde hace unos días, y durante el tiempo que Phileas Fogg hubo empleado para dar la vuelta al mundo, me encuentro en la República Dominicana, llevando a cabo una misión supersecreta. Por diversas razones (la referida secrecidad no es la única) pensaba ocultar a mi caterva de lectores esta información. Pero la cantidad de situaciones blogueables que se dan en este país hace que me sea imposible contenerme.


Proximamente, los ejemplos del caso.